"Es mi cuerpo, es mi decisión"

Son muchas las amigas que querian tener a sus hijos de una manera natural, bien sea por estética de no tener una cicatríz en el vientre o por el real deseo de dar a luz. Parir es algo que solo las hembras podemos hacer, pero llegado el momento a todas les hicieron cesáreas....mmmmm....para mí es muy sospechoso. A todas les dieron perfectas excusas y yo sinceramente no creo que todas hayan sido emergencias. Quizá es hora de empezar a cuestionar.
Siempre he creído que lo natural es la vía correcta. La comida orgánica, rodar bicicleta, caminar, conversar en lugar de prender la TV y estoy segura de que el parto natural es la mejor manera de nacer.
¿Por que sufrír si te pueden anestesiar y sacartelo? es la interrogante común.
Dar a luz a mi hijo no fue un sufrimiento, sentir a mi madre a mi lado, conectada conmigo en todo momento, dándome fuerzas y presente en el nacimiento de su nieto es la experiencia más trascendente y amorosa que hemos tenido después de mi propio nacimiento. Ver la cara de papá sorprendido, asustado y felíz al cortar el cordón umbilical después de casi una hora mirando a su hijo y haber sostenido mi cabeza durante todas las horas de la labor, es una alianza que va más allá de cualquier papel que hayamos firmado. Sentirme dueña de ese momento, sentirme apoyada, protegida y amada para dejar a mi cuerpo hacer lo que por siglos las mujeres hemos hecho, fue poderoso. Ahora que lo veo a distancia, fue conocer a una Eliana que no conocía y pienso que es una experiencia que todas las mujeres deberiamos tener: sentir el poder de la vida que se renueva y que sólo nosotras podemos experimentar. Yo, en ningún momento pensé en anestesias ni en ir al hospital, nunca fue algo que no pudiese soportar, fue intenso sí, pero poderoso.
Theo Aureliano nació en nuestra casa sin ninguna complicación. Nadie estaba apurándome ni tomando decisiones por mí. Nadie estaba esperando que desocupara la habitación ni tuvimos que hacer ningún tipo de trámite engorroso. Cuando las midwives limpiaron todo, abuelita, papi, mami y bebé nos acostamos a descansar abrazados, después de haber trabajado en equipo durante toda esa jornada que nos tendrá unidos por siempre.